1.2.14

I've heard the evil comes to sky II






Abrió los ojos, una gota estaba resbalándole por la mejilla hasta alcanzar su mentón y caerse al suelo. Sus manos estaban entrelazadas alrededor de sus rodillas y sus pensamientos habían dejado el bosque hace tiempo.  
‘He oído que el diablo visita el cielo de vez en cuando, ¿recuerdas?’
Sí, lo recordaba perfectamente, hace dos meses había oído una conversación entre El Jefe y su hijo, Sam. Él estaba asustado y esperando consuelo de su padre fue a decirle lo que había visto, El Jefe le soltó la frase y se marchó a una reunión. Pero, ¿qué tenía que ver todo eso con ella? El cielo es un lugar seguro, se lo prometieron, ¿cuándo vio al diablo por allí? Nunca, debía haber un error.
Había empezado a llover, estaba oscureciendo y la niebla era cada vez más espesa, tenía que encontrar un lugar para dormir o nunca averiguaría qué hacía allí. Se levantó temblorosa y magullada, sus manos estaban llenas de sangre seca y las rodillas presentaban dos moratones recién hechos.  Se miró confusa hasta que recordó su ataque, quería morir, quería rendirse y no podía, algo o alguien no la dejaba. Empezó a andar y soltó un suspiro de dolor, el frío había resquebrajado sus huesos, estaba más débil de lo que imaginaba y volvió a sentarse debajo de un árbol. Quitó unas hojas secas y se tumbó dejando el  árbol a un lado, puso sus manos encima del pecho y cerró los ojos. Las lágrimas se mezclaban con la lluvia pero no estaba asustada, si así era su final tenía que aceptarlo.
Intentó pensar en cosas felices y no pudo, así que se conformó con sentir cómo era consumida por el agua, el viento, la niebla, el bosque… Ya quedaba poco, lo notaba, sus últimas chispas de vitalidad desaparecían, su esencia celestial se apagaba, su vestido se volvía negro y, de repente, silencio. No, un susurro, más bien, un suspiro:

-Mantente viva, no le dejes ganar, Sara despierta.





Ann.

26.10.13

Summer doesn´t last forever.

‘Todas las cosas buenas acaban, hasta tu sonrisa.’
Abrió los ojos, un poco desconcertada, e intentó recordar qué hacía en ese campo. Miró a su alrededor y solo pudo localizar un árbol enorme, lleno de hojas, algunas estaban verdes, otras amarillas, otras ya estaban secas y algunas estaban naciendo aún. Se acercó lentamente y cogió una hoja verde, al tocarla se vio a ella misma estudiando para un examen de la semana pasada y la soltó asustada. No sabía qué era aquel árbol, pero iba a averiguarlo. Volvió a coger una hoja, esta ya estaba amarillenta, entonces visualizó una escena de cuando era muy pequeña que llevaba tiempo queriendo olvidar. Empezaba a tener una ligera idea de qué podía ser aquel árbol con tantas hojas, de repente, pensó que si estaba su pasado y su presente, podría encontrar una pista de su futuro, de aquello que la atormentaba. Se acercó a una hoja pequeñita, que aún no había crecido, al tocarla, se vio a ella, muerta. Se apartó y buscó otra hoja pequeñita, debía ser un error, no podía ser ese su futuro. Cogió otra.
‘¿Asustada por un futuro que tú misma te has planteado?’
¡Esa voz! Le resultaba familiar, pero no la reconocía, aun así, tenía razón.
Después de coger muchas hojas pequeñitas, las cuales solo le mostraban nombres, imágenes y hechos con los que ella había fantaseado algún día, se rindió y se tumbó debajo del árbol a llorar.
Todo eso… no tenía sentido, era una pérdida de tiempo. Su futuro era suyo, solo suyo y no tenía ni idea de qué hacer con él. Sabía que en nada todo iba a cambiar y estaba aterrada, tenía mucho miedo, intentaba retardar algo con lo que llevaba años soñando. Seguía soñando con ello pero el pánico de perderse la paralizaba. Lo que no admitía es que ya estaba perdida, ya nada era como antes, todo había empezado a cambiar, todo, hasta ella. Un verano nunca es eterno.






Ana.


PD: I used to rule the world, my world. But now, I’m just waiting a sign to keep on living.

29.9.13

Recaída.

Esto es como una recaída, te siente estúpido y perdedor, te sientes como si todos los avances que habías hecho para tirar tu pasado a la basura no hubieran servido para nada, sientes que has fracasado, sientes que la vida es un bucle en la que la piedra te ha cogido cariño, te sientes mal.
Pero… esta es una recaída buena, ¿no?
Todo va por rachas, porque si no la vida sería muy aburrida.
Una época te sientes el rey del mundo, la persona que puede hacer lo imposible posible y la persona que todos desean ser pero no saben que eres tú. Otra época te sientes miserable, como que todo está en tu contra, como que hasta una hormiga tiene más derecho a estar aquí que tú. Lo peor es cuando echas de menos estar triste, llorar por las noches hasta dormirte y levantarte como si nada hubiera pasado, cuando echas de menos el tener algo de lo que quejarte.
Llevo escritas mis primeras 161 palabras desde el 29 de junio y con estas palabras he resumido mi verano.
¿Echaba de menos esto? ¿Necesito esto? ¿Escribiré algo coherente algún día? ¿Por qué lo dejé?
Y a veces, la vida sigue para todos menos para ti mí, todos van formando su vida mientras yo sigo en el mismo agujero que siempre.
Qué hija de puta, la consciencia, ¿no? Te deja saber que te estás hundiendo pero no te dice como flotar, es como observar la vida de otro pero sintiendo lo que él siente y sin poder hacer nada porque en realidad quien se hunde eres tú.

Qué putada esto de pensar las cosas y volverlas a pensar y otra vez y otra hasta que una lágrima acaricia tu mejilla.


Unos recaen en la autodestrucción...
...otros en la comida...
...otros en la tristeza...
...y yo, en mis errores.

Ana.

29.6.13

Ella no había nacido para ser princesa y todos lo sabían.
'Levanta, princesita' le decía su madre todas las mañanas cuando era pequeña, pero ella nunca se sintió como tal.
'Hoy es tu día, pareces una princesa' le susurró su madre en su décimo-sexto cumpleaños.
Ella le sonrió levemente intentando no mostrar su pesar. ¿Princesa? ¿Por qué princesa? No entendía por qué todas querían ser princesas, ella era más de ensuciarse con una buena pelea de barro, de comer la hamburguesa con dos manos, de beber directamente de la botella, de despertarse y hacerse una coleta para sujetar su revoltoso pelo, de salvar al príncipe (o a sí misma) antes que esperar a ser salvada, ella era más de república.






1.6.13

''I've heard the evil comes to sky.''


Abrió los ojos. ¿Cómo había llegado allí? ¿Cómo iba a salir de allí? Estaba confusa pero, sospechosamente, todo era conocido. Estaba rodeada de árboles con copas tan densas que impedían el paso de la luz a través de ellas, una fina neblina no le dejaba ver más allá de dos metros y el suelo estaba muy húmedo. Decidió andar, no podía hacer otra cosa. A cada paso que daba una voz, una imagen, incluso un olor le recordaban a algún momento de su pasado. Los espíritus ignorados, las almas olvidadas, el tiempo desperdiciado, los besos no dados, las manos rechazadas, las sonrisas fingidas, las palabras asesinas, los pensamientos suicidas, las lágrimas desgarradoras, los sentimientos frágiles, los amigos ahuyentados, el café amargo, las pieles saladas, las caricias dolorosas, el amor congelado. Todo daba vueltas en su cabeza, intentando deshacerse de esas ‘cosas’ que le dolían, intentando matar su pasado. Agitaba las manos para que desaparecieran pero solo conseguía chocarse contra las ramas  hacerse rasguños ensangrentados. Sangre. Dolor. Escozor. Señal de que no era un sueño, señal de que estaba viva. Paró de andar y cerró los ojos, por primera vez en su vida nada se desvaneció. Esa angustia seguía en el fondo de su pecho, martilleándolo para salir fuera, necesitaba sacarlo todo, necesitaba matar al monstruo de su película, tenía que matarse. Buscó a su alrededor pero no había nada para herirse, se puso a gritar, un grito tan agudo y desgarrador que hubiera hecho estremecerse al mismísimo diablo. El diablo, el señor diablo. El monstruo que no la deja en paz, estaba desesperada, habría vendido su alma al diablo solo para dejar de sentir ese dolor, lo que no sabía es que su alma ya le pertenecía. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Con qué permiso? Ella no pertenecía al inframundo, ella…ella era celestial. ‘He oído que el diablo visita el cielo de vez en cuando, ¿recuerdas?’. Esa voz que apareció en su cabeza, con esa frase la congeló.




Ana.

10.5.13


Ahí estábamos los dos, mirándonos fijamente dando caladas a un cigarro mal hecho e intercambiando una botella de Jack Daniel’s. Mi casa estaba patas arriba pero ninguno recordaba lo que había sucedido entre esas cuatro paredes, aunque, ¿qué más daba?

Estaba amaneciendo, probablemente la noche se habría basado en alcohol, cigarros y orgasmos, probablemente me daría una ducha y el chico habría desaparecido de mi casa, probablemente desayunara un trozo de chocolate negro sola, como cada mañana.
Seguíamos mirándonos.
-¿Qué piensas? –le pregunté apagando el cigarrillo en la alfombra.
-Estaba barajando la posibilidad de llevarte a París. Sí, sin duda eres el tipo de chica a la que llevaría a París. –no pude evitar una risa ahogada, aunque hablaba en serio.
-¿París? París es un puto cliché, miles de parejas felices van en cualquier época del año intentando reavivar su amor, intentando encontrar la llama que perdieron a los pocos meses de casarse o también lo visitan por su luna de miel. París, una ciudad sobrevalorada, ¿qué le ven de romántico a una torre de hierro?
¿Dónde está el amor en un paseo por el Sena con mil barcos mercantes pasando por tu lado mientras intentas no caerte con los tacones y que no se te caiga la copa de champán francés con la que brindas? Ni hablar, olvídalo.
-No he dicho que te fuera a llevar a una cena romántica en lo alto de la Torre Eiffel –una sonrisa apareció en su cara – he dicho que te llevaría a París.
-Bueno, entonces, ¿qué haríamos por París? –le devolví la sonrisa.
-Primero, desayunaríamos bollos quemados en mi cutre apartamento, por el que te guiaría hasta mi habitación, donde perderíamos la noción del tiempo entre besos, caricias y gemidos. Por la tarde, iríamos a los callejones más solitarios de la ciudad, donde la mayoría de artistas intentan mostrarte su punto de vista, además, hay un mercadillo con esas cosas de segunda mano que tanto te chiflan y una parada sola de atrapasueños.
-¿Cuándo te he contado yo que me gus…
-No me interrumpas. Después de salir de los callejones, cuando toda París esté iluminada artificialmente, te llevaría al río. Pero no en un barco, iríamos al puente más alejado, en el que cada sábado van niños con un farolillo a tirarlo dentro del agua y piden un deseo. Es indescriptible ver un montón de luces alejarse río abajo, digno de ver.
-Vaya, no conocía esa parte de París, ni sabía que tenías un piso.
-Ya, eso suele pasar cuando no escuchas lo que digo entre beso y beso.
-Lo siento. Es tarde, tengo que ducharme.
-Vale, ¿preparo tostadas achicharradas para desayunar?


Ana.

4.5.13

I'll save myself, again.


Era un personaje más, no tenía de qué preocuparse. Toda su vida estaba escrita, así que solo podía esperar a que le sucedieran las cosas. Sin embargo, le gustaba meterse donde no debía, le gustaba soñar y esperar siempre lo mejor, confiaba demasiado en su escritora. La cual soy yo.
Aquella noche se metió por un callejón muy deteriorado, estaba desierto y bastante oscuro pero a ella le gustaba la oscuridad, los problemas los encontraba a plena luz del día. Giró a la derecha y lo único que vio fue un muro y cuatro cajas mal apiladas en una esquina. Estaba tranquila. Se volvió para deshacer el ca

mino que había hecho pero se topó con dos tíos. Llevaban una cerveza vacía en la mano y se veía a la legua que buscaban ‘diversión’, se acercaron a ella y empezaron a acariciarla y a decirle groserías. Seguía tranquila. Su escritora la sacaría de esa, haría aparecer un príncipe que la salvara de esos dos, seguro, no iba a dejar que muriera así, ¿no? Había leído que los finales siempre son felices y siempre terminan con el típico chico salva a chica. Pues a ella le sucedería lo mismo. Estúpida ignorante, tenía que mandarle una señal para que se diera cuenta de que no iba a enviar ningún príncipe, no habría ningún héroe merodeando por ahí. Era SU historia, aún no estaba escrita. ¿Una voz en su cabeza? Podría funcionar. ‘Despierta, Ally, despierta. ¡Nadie va a venir a por ti! Huye, sálvate, no hay héroes en esta historia, no hay futuro previsto, solo tú y tu presente, ¿vas a terminar tu historia aquí?’


Por fin, su cara mostraba expresión de sorpresa, o de confusión, pero reaccionó. Los chicos se habían confiado al verla tan quieta, por lo que ella aprovecho para darle una patada a uno en la entrepierna y salir huyendo. Escaló el montón de cajas apiladas y saltó el muro. Ya está. Sonrió. Era libre. Pero no era solo libre de esos tipos, era libre del futuro. No necesitaba que la rescataran, pues ella era su propia heroína.




Ana.

28.4.13

Coge esos papeles ensangrentados. Cógelos.
 Métetelos en la mochila y huye. Fue tu culpa. Corre.
No, no vayas a despedirte de él. Es tarde.
¡Te he dicho que no vayas! ¡Mierda!
Nunca me haces caso. Te va a traer problemas.
¿Lo ves? No está en casa, huye.
Joder, demasiado tarde.
¿Hola? ¿Te saluda con un puto hola?
No le cuentes nada, puede ser una trampa.
Buena chica. Un 'adiós' y un 'te quiero' suenan mucho mejor que la verdad.
No te sientas culpable, es por su bien.
Espera, ¿qué es eso? ¿sirenas?
¡La policía! ¡CORRE!
Hijo de puta. ¡Lo sabía todo!
Libérate de sus manos, por favor.
Hazlo por las dos.
Tarde. Muy tarde.

-¿Cómo has sido capaz de mirarme a los ojos, despedirte y decirme que me amas?



Ana.

8.4.13

Pesadillas.

Pesadillas. Últimamente todo eran pesadillas. Cada noche soñaba algo diferente y al final de la semana se repetían esos sueños. En clase ya empezaban a notar sus ojeras, no quería dormirse. El miércoles era la peor noche, aparecía su peor pesadilla:
Se despertaba desorientada y muy magullada, con los pies y las manos atados entre sí en una habitación vacía. La habitación no tenía ventanas, solo una bombilla que parpadeaba de vez en cuando con una suave luz. Había una puerta vieja llena de cerraduras al otro extremo del cuarto, a la cual ella nunca podía llegar,
nunca. Sus párpados le pesaban mucho, casi no podía abrir los ojos pero no quería volver a dormirse así que se ponía a observar cada detalle de la habitación intentando averiguar qué o quién la había llevado allí. En frente de ella había un espejo que le mostraba a una chica llena de moratones, demasiado delgada, con un pelo negro muy enredado y en ropa interior. Sus labios tenían varias heridas y sus uñas estaban bastante destrozadas. Tuvo que dejar de mirarse si no quería ponerse a llorar, sus ojos bajaron la vista a un papel que tenía a su derecha, lo cogió torpemente y leyó lo que ponía.
'En el centro de la habitación hay una nota con instrucciones, cógela.'
La chica se levantó, bueno, se puso de rodillas ya que con los pies atados era difícil andar, a parte estaba hecha polvo, lo que apenas le permitía gatear. Iba muy despacio, su cara era un reflejo del dolor que le producía moverse, ya casi había llegado. Un poco más. Cogió la nota y lo que había debajo, se apoyó en la pared y cerró los ojos mientras intentaba respirar con normalidad. Leyó la segunda nota.
'Coge el móvil y llama a alguna persona de la agenda que quiera ayudarte.'
Fue a la agenda del móvil y estaba vacía.
De repente, se despertaba llorando. Ese era su miedo, su mayor miedo, sentirse sola, sin nadie.

Ana.

5.4.13

Esta entrada va a ser un poco extraña, diferente, puede que hasta os resulte aburrida. Pero me apetece contaros algo que no le he contado a nadie, una manía que tengo para que mi cabeza no estalle, para tenerlo todo en su sitio. Es mi blog, escribo de lo que me da la gana, o eso me repito día tras día. A veces me cuesta creerlo, lo de que escribo por y para mí. Me tiene que gustar a mí, vosotros sois un extra. Y la verdad, estoy agradecida de que hayan dos o tres personas que pierden su tiempo leyendo lo que sale de mi cabeza, estoy muy agradecida.
A lo que iba, listas. Esa es mi manía, hago listas. Tengo listas no escritas, escritas, visuales... Cuando me encuentro desorientada, aburrida, sola o pesimista lo único que me entretiene es poner la música y empezar a escribir listas. Sé que todo el mundo tiene alguna lista, pero yo me compongo de ellas. Son los pilares que hacen que pueda organizarme y saber lo que necesito. Suena estúpido, lo sé. No tengo explicación para lo que hago, aunque son un montón de listas siempre me ha hecho ilusión publicarlas en el blog (no todas porque hay algunas bastante personales) y no sé si hacerlo mediante una página nueva, una entrada o ponerlas en los laterales. Tengo una lista de reglas; MIS reglas, las que sigo a rajatabla, una de mi chico perfecto; el cual solo puedo encontrarlo juntando varios personajes de libros, una de libros que leer antes de morir; esta sí que quiero ponerla en una página nueva porque hay más de 100 libros y a lo mejor puede servir para que os leáis alguno, una de la ropa que me quiero comprar para este verano, una de los lugares que quiero visitar, otra de los lugares donde quiero vivir por 6 meses, una de las cosas que quiero hacer con mis amigas...
No sé porqué tengo que tener organizada mi vida mediante listas, a veces resulta frustrante ver que no puedes conseguir algo de alguna lista y te obligas a conformarte.
Así que si veis a partir de ahora el lateral del blog lleno de listas estúpidas, no os extrañéis, seré yo mostrando lo que hay por mi cabeza, nada más.
Como la entrada se ha quedado un poco... ¿sosa? voy a poner algunas imágenes sacadas de Tumblr que me hacen sentir algo.
Esperanza

Añoranza

París

Presente

Libertad

Mis pensamientos cuando alguien me cae mal

Adrenalina

Mi infierno

Ana.